El espectáculo sin George Burns.

Ganas de vivir, optimismo, profesionalidad…longevidad. El típico ser humano con el que uno se siente atraído incluso sin conocerle en persona. George Burns, que murió con 100 años el 9 de marzo de 1996 (hasta en eso fue un auténtico crack; creo que a veces el destino, el ser superior, lo que queramos que sea, premia a los que viven haciendo felices a los demás) hizo disfrutar al mundo de su arte: su voz, su baile, sus interpretaciones y su vitalidad. Pionero entre los pioneros, legó un compendio enorme en el entertainment en el que figura, además de lo anterior, un disco de country: «I Wish I Was Eighteen Again» (1980) y series de radio y televisión desde los años 30 hasta los 90.

El tipo que a todos nos gustaría tener de amigo: el entrañable abuelo de Hollywood. Prueba de su capacidad infinita de adaptación a los tiempos es su participación en la película «Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band» en 1978,¡cantando y bailando a los 82 años! Y junto a estrellas como Alice Cooper, Bee Gees, Aerosmith, Peter Frampton o Steve Martin.